miércoles, 8 de octubre de 2008

Diga ¡salud! con pisco de Moro


Diversos cronistas como Huamán Poma de Ayala, Pedro Sarmiento de Gamboa, Fray Martín de Murúa, Bernabé Cobo y Pedro Cieza de León acreditan al Perú como referente desde inicios de la Colonia gracias a cultivo de la vid, la elaboración de vinos y del aguardiente que años después llamarían pisco. Su historia nace de un mestizaje que enriquece nuestra cultura y que todos los peruanos reconocemos como parte de nuestra identidad nacional dentro y fuera del Perú.
Desde 1528 se tiene registrado por Cieza de León en “Crónicas del Perú”, la llegada de Francisco Pizarro y su expedición a la desembocadura del río Santa: “….Así los Trece Cristianos, con su capitán descubrieron el Perú”. Según el historiador Benigno Araico Baca en su obra “Historia de Santa” (1986): “Desembarcaron en un tosco bote construido por ellos mismos…hallaron un pueblo con cañas denominado gaucha (actual Santa), Pizarro, viendo al frente los cerros, les denominó Sierra Morena.
Los españoles vieron que la bahía del actual Chimbote era segura para sus frágiles embarcaciones con las que debían regresar a España. Luego, buscando terrenos donde afincarse, encontraron un lugar al que llamaron “Santa Maria de la Parrilla”, pues ahí, en 1531, levantaron una capillita de cañas donde colocaron una estatua de la Virgen de Santa Maria, a la que adornaron sembrando al pie una planta de vid, cuyas parras se extiendieron como enredadera, y como posiblemente era una planta débil, debido al cambio del clima (España – Perú) y los terrenos eran salitrosos, quedaría convertida en “parrilla”. Posteriormente llamaron al lugar Santa. Cieza de León confirmo la existencia de viñedos.
Los indios de Gaucha producían uva y hacían aguardiente de uva que llevaban a Panamá. Los manantiales o puquiales, originados por las filtraciones y estancamiento de las aguas de los desbordes del río Santa, desestabilizaron el aprovechamiento de las tierras orientando la preferencias de los españoles hacia las inmediata y fértiles tierras del valle de Casma y de Nepeña (Áncash), donde se ubicaban los pueblos de Motocachy y Moro.
Es así, que entre Santa y Moro hay unas 12 horas de camino a pie, y no tardarían en llegar los españoles con sus plantas de vid, por su costumbre de acompañar todas sus comidas con vino, así como por la celebración de la Eucaristía; de manera que la Orden de los Hermanos Dominicos trajeron por primera vez la vid a Motocachy y Moro, para posteriormente ser industrializada por la Orden de los Jesuitas, que tenían un espíritu de practica mas empresarial.
En 1568, arribaron los Jesuitas al Corregimiento de Santa – Nepeña – Moro –Casma –Yautan – Pativilca , ocupando las tierras que conformaban el valle de Nepeña (Ancash),impulsando la producción de caña de azúcar en la Hacienda de San Jacinto, y la producción de vinos y aguardiente en la Hacienda de Motocachy. Con lo que se corrobora, de que la labor religiosa estuvo en toda la colonia asociada a estos cultivos, a través de las haciendas que conducían y de los pueblos cercanos, portadores de bienes y servicios, como lo fue Moro.

Ricardo Palma en sus “Tradiciones Peruanas” ya menciona al afamado “Pisco de Motocachy” como “alborotador quitapesares”, pero en la actualidad es Moro que aún persiste en la tradición, y lo que fue en cuanto a la fama regional y nacional del “Pisco de Motocachy”, ahora es el “Pisco de Moro”, Motocachy aun conserva las botijas “canchanas” con el sello de la Corona Española, además de la centenaria prensa con brazo de algarrobo, con la que exprimían hasta el último jugo de tan preciado “caldo” de los racimos de uva.

En el distrito de Moro el pisco que se produce de manera artesanal, pues la uva no se aplasta con las antiguas prensas, sino se hace con los pies: las personas encargadas se disponen a pisar las uvas, previamente desinfectados con alcohol.
La producción de pisco y vino ha disminuido actualmente en Moro debido a la plaga de la filoxera que les dio a las plantaciones de vid en la época de los 80. Sin embargo, los agricultores de hoy en día vienen nuevamente vienen sembrando y cultivando la vid para que Moro no pierda lo que se ha ganado con mucho esfuerzo, de ser la tierra del buen pisco y vino de la Región Ancash.

La fiesta del pisco

Pese a su alta calidad, el pisco de Moro aún no puede reconocido oficialmente pues según la ley de denominación de origen solo se circunscribe entre los departamentos de Lima y Tacna. Para los morinos, históricamente esto es un atropello a un pueblo identificado desde sus inicios con esta actividad.
En la actualidad hay alrededor de 15 Bodegas que mantienen la tradición de la elaboración del pisco y el vino, resaltando entre los mas importantes productores las familias Bonelli, Gayoso, Gatelumendi, Ángeles, Torres, Suárez, Villegas, entre otras.
En el distrito se ha tomado por iniciativa la organización del Festival del Pisco cada cuarto domingo del mes de julio, ya que en esa fecha se celebra a nivel nacional el Día del Pisco, por lo que este año se efectuara la VI edición del mismo.
Desde su primera edición, en 2000, se realiza en el Estadio Municipal con la colocación de stand donde cada una de las bodegas brinda degustaciones y expendio de esta bebida de carácter nacional. Sin embargo, recién en el 2003, se hace oficial el Festival del Pisco, ya que los regidores en sesión de concejo aprobaron incluirlo en el calendario turístico del distrito.
La exposición se acompaña con la venta de los diversos y deliciosos platos típicos del distrito (cuy, cecina) así como los productos que ofrece esta noble tierra.

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